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Del Evangelio de Lucas 2, 41-51a. (Adaptación)

«José y María, los papás de Jesús, iban todos los años a la fiesta de la Pascua a Jerusalén. Cuando Jesús cumplió doce años, fueron a la fiesta. Al regresar a su casa, se dieron cuenta que Jesús no estaba con ellos. Como viajaban con muchos  vecinos y familiares, los papás pensaron que estaría con alguno de ellos y decidieron volverse para buscarle. Pero no estaba y se volvieron a la ciudad de Jerusalén a ver si le encontraban . Tardaron tres días en encontrarlo. Estaba en el templo, escuchando y haciendo preguntas a los mayores y maestros. Jesús era un niño muy inteligente y los maestros estaban asombrados de la atención con que escuchaba y de las preguntas que hacía.

Cuando José y María le vieron, se quedaron sorprendidos y su mamá le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, papá y yo estábamos tristes, buscándote…” Sus papás no entendían nada de lo que había sucedido pero sabían que Jesús, desde muy pequeñito, sabía que era el Hijo de Dios».

Jesús, hay veces que me cuesta comprender las cosas. Necesito tiempo para entender todo lo que me rodea, y esto a veces me enfada porque ¡quiero entenderlo ya!

Hoy, escucho tu palabra y me enseñas que todo requiere su tiempo. Entender el mundo que me rodea y entender tus cosas, también necesitan tiempo y paciencia. 

Por eso, Señor, hoy quiero pedirte saber esperar y confiar siempre en ti, como María y José. Amén.

Canto: Jesús es

Hoy me voy a esforzar en esperar y en ser paciente.