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Del Evangelio de Mateo 16,13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: « ¡Bienaventurado tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso te lo ha revelado mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.”

Señor Jesús,

hoy nos preguntas a nosotros igual que preguntaste aquel día a tus discípulos:

¿Quién dice la gente que soy yo?

Y yo digo que Tú para nosotros, Señor Jesús,

eres el hermano cariñoso,

el amigo que siempre está,

el vecino que siempre ayuda 

y ese familiar siempre preocupado de que todo vaya bien.

Señor Jesús,

tú para nosotros eres el prójimo cercano, cada persona que está cerca,

cada persona que se cruza cada día en nuestro camino que a veces ni conocemos,

pero que está ahí esperando de nosotros una mirada, una sonrisa, una palabra… 

Eres también el prójimo lejano,

aquel que nos muestran los reportajes y las campañas de los que habla la tele,

aquel que vive situaciones de sufrimiento, hambre o guerra, 

aquel que espera de nosotros cualquier gesto que podamos hacer 

y que nos pide que no nos olvidemos de él. 

Señor Jesús,

tú eres para nosotros el principio y el fin,

el motivo, la razón, la fuente, el sentido.

Tú eres el Señor de la historia,

el Señor de nuestra vida. 

Te pedimos que sepamos reconocerte en cada persona,

en cada acontecimiento, en cada situación. 

Así te lo pedimos. Así sea.

Piensa seriamente quién es Jesús para ti.