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Del Evangelio de Juan 12, 20-33. (Adaptación) 

Hace mucho tiempo, Jesús dijo a la gente: «Para que nazca una planta, la semilla tiene que caer en la tierra, esconderse y morir. Y a nosotros nos pasa igual. El que quiera ser mi amigo, que ayude y ame con todo el corazón».

¡Qué bonita es la vida! Fijaos en esta planta que está naciendo con el comienzo de un nuevo día. Para que esta vida comenzara, fue necesario que una semillita se enterrara y “muriera” en la tierra. Y aquella semilla, pequeña y humilde, se rompió y de ella nació una hermosa planta llena de fruto.

Tú, Jesús, eres como esa semilla. Nos regalaste tu vida para que nosotros vivamos felices. Nos amaste a nosotros más que a ti mismo.

Te pido, Señor, que me enseñes a enterrar mi semilla y me ayudes a dar fruto como tú. Amén.

Canto: Héroes de la fe

Hoy haré algo por un amiguito y le ayudaré.