Del Evangelio de Juan 5, 31-47. (Adaptación)
Hace mucho tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Mi primo Juan ha ayudado a mi papá Dios para que me conozcáis. Ahora mi papá me ha enviado a mí y estoy aquí. Con mis manos, mis pies, mis palabras y mis sonrisas le vais a conocer».
Las manos que aparecen en la imagen son de personas que están recorriendo un camino. Ese mapa y esa brújula que vemos son importantísimos para ellos, porque les ayudan a no perderse y a caminar siempre por la senda buena.
Jesús, tú viniste para enseñarnos el camino.
Cada palabra que nos dices y cada uno de tus gestos se han convertido en las señales que nos indican por dónde tenemos que avanzar.
Señor, yo quiero que tú seas mi mapa y mi brújula.
Señor, dame tu mano para que caminemos siempre juntos.
Quiero seguir tus pasos. Amén.
Canto: Un corazón más grande
Hoy voy a contar a un amiguito del cole cuánto me quiere Jesús.