Del Evangelio de san Mateo 23, 1-12. Adaptación.
Hace mucho tiempo, Jesús habló a la gente y a sus amigos y decía:
«El primero de la fila será el que más sirva y ayude a los demás.
El que se hace pequeño ayudando a los demás, será grande en la mirada de Dios».
Jesús, a veces me creo muy importante y que siempre tengo la razón. ¡Es como si quisiera ser el maestro de todos! Pero tú nos enseñas que hay que ser humilde, como esa pequeña plantita en el desierto que parece que no es nada, pero está llena de vida.
Gracias por ayudarme a ser mejor. A veces me gusta mandar y que los demás me obedezcan, pero eso no está bien. Tú nos enseñas a compartir, a ayudar y a no creernos más importantes que los demás.
Perdóname cuando me porto mal y ayúdame a cambiar mi corazón. Quiero ser como tú, Jesús, que eres bueno y humilde. ¡Tú eres mi único Dios y te quiero mucho! Amén.
Hoy, voy a rezar como la Virgen María, diciendo: “Dios, mi corazón está feliz porque tú me quieres. Gracias por ser bueno conmigo. Ayúdame a ser humilde y a querer a todos”.
