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En los días pasados, el cardenal Bustillo, fraile de nuestra Orden y obispo en Córcega, ha visitado Madrid, invitado por la Conferencia Episcopal Española, para participar en unas jornadas de formación para los vicarios y delegados para el clero de todas las diócesis.

El cardenal Francisco Javier Bustillo es originario de Navarra, pero ha vivido en Italia y sobre todo en Francia, donde fue Custodio de los frailes antes de ser nombrado obispo por el papa Francisco.

En el último cónclave ha sido uno de los 133 cardenales electores que eligió al papa León XIV, cuyos primeros pasos ha podido seguir muy de cerca.

A su paso por Madrid, ha querido estar con sus hermanos de Orden, tanto en la fraternidad de San Buenaventura como en la parroquia de Ntra. Sra. del Rosario y en la casa de formación de la Provincia.

Pedimos al Espíritu Santo que siga acompañando e iluminando a este hermano nuestro en su ministerio episcopal y como colaborador del papa, siempre desde la sencillez, la humildad y el amor a la Iglesia, como nos enseña nuestro padre san Francisco.

Fuente: Revista ECCLESIA

Desde una entrevista concedida por el cardenal a esta revista sacamos el siguiente resumen:


1. El Cónclave: un acto espiritual, no político
El cardenal Bustillo subraya que el cónclave no es una lucha de poder entre ideologías, sino un momento de profunda responsabilidad espiritual. Los 133 cardenales electores actuaron bajo la lógica de la invocación al Espíritu Santo, buscando un buen pastor para los 1.400 millones de católicos.

2. Una experiencia sagrada y trascendente
Celebrado en la Capilla Sixtina, rodeados del arte de Miguel Ángel, los cardenales sintieron el peso de la historia y la responsabilidad de elegir al nuevo Papa. Bustillo compara la Capilla Sixtina con una “sala de parto” espiritual.

3. Curiosidad mundial en un mundo secularizado
A pesar del creciente secularismo en Occidente, el mundo observó con interés el cónclave. Bustillo lo atribuye a una mezcla de tradición, necesidad de estructura y esperanza ante un mundo en crisis. Incluso los no creyentes se sintieron atraídos por el simbolismo del humo blanco y la elección de un nuevo líder espiritual.

4. Diversidad geográfica, unidad espiritual
El cónclave fue el más numeroso y diverso hasta la fecha, con cardenales de lugares tan distantes como Mongolia o Timor. Sin embargo, la elección fue rápida y armoniosa, lo que Bustillo interpreta como signo de la acción del Espíritu Santo y de una Iglesia abierta y global.

5. La elección de León XIV: esperanza y liderazgo
Bustillo expresó admiración y compasión por el nuevo Papa, el cardenal Prevost, destacando su sencillez, experiencia global y capacidad para liderar tanto dentro como fuera de la Iglesia. Lo describe como un hombre claro, discreto y con visión universal.

6. Un Papa para los jóvenes y los alejados
El cardenal destaca el enfoque cristocéntrico de la primera homilía de León XIV, subrayando la necesidad de redescubrir a Jesús, especialmente entre los jóvenes. Considera que esta es una oportunidad para una nueva catequesis y una evangelización renovada.

7. Una Iglesia que sigue interesando
Bustillo nota un cambio: de la hostilidad a la curiosidad hacia la Iglesia. Cree que el Evangelio ofrece una alternativa valiosa en un mundo marcado por el juicio y la condena, promoviendo en cambio el amor, el perdón y la esperanza.

8. El papel diplomático del Papa
En un mundo marcado por guerras y divisiones, el cardenal reafirma que la Iglesia y el Papa tienen un rol crucial como autoridad moral y espiritual, capaces de fomentar la paz y la fraternidad entre los pueblos.