Del Evangelio de san Mateo 18, 12-14. Adaptación.
En aquel tiempo, Jesús les contó a sus amigos: «Si un hombre que tiene cien ovejas y pierde una, deja a las noventa y nueve para buscar a la que se ha perdido. Y si la encuentra, su corazón se llena de alegría».
Jesús, qué bonito es saber que siempre me encuentras cuando lo estoy pasando mal y te sientas a mi lado en ese banco. A veces solo pienso en mí y me olvido de mirar con el corazón a las personas que me rodean: pienso mal de un compañero, contesto mal a mamá o a papá, digo cosas feas, desobedezco a los profes…
Sé que si me dejo ayudar, tú vendrás a ayudarme.
Ayúdame, Jesús, a tener un corazón bonito para no alejarme nunca de tu lado, ayúdame a escucharte cuando me llames.
Amén.
Hoy voy a tener un corazón bonito para ser bueno, escuchar, obedecer y amar para estar siempre cerca de Jesús.







