Del Evangelio de san Mateo 9, 35 — 10, 1.5a.6-8. Adaptación.
Jesús les decía a sus amigos: «Hay mucho trabajo pero pocas personas que estén dispuestas a dar su corazón por los demás; pedidle a mi papá Dios que envíe personas llenas con un corazón enorme».
Jesús, tú me conoces desde que era muy pequeñito. Sabes qué cosas puedo hacer bien y cuáles son mis fallos.
Sé que esperas muchas cosas buenas de mí y, aunque, a veces no siempre consigo hacerlas bien, sé que tú te quedas a mi lado porque me quieres y cuidas de mí. Sé que me das cada día la mano. Porque viniste al mundo para quedarte.
Me enseñas que gracias a la gente que me quiere puedo superar mis obstáculos.
Jesús, quiero que cuentes siempre conmigo. ¡Aquí estoy!
Amén.
A lo largo del día voy a buscar momentos para regalar amor sencillo: escuchar con calma a mis profesores, animar a mis compañeros que estén tristes, sonreír y compartir los juguetes. Igual que Jesús envió a sus amigos, hoy quiero ser en el cole un pequeño mensajero de alegría y paz para todos.







