Del Evangelio de san Juan 5, 31-47. Adaptación.
Hace mucho tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Mi primo Juan ha ayudado a mi papá Dios para que me conozcáis. Ahora mi papá me ha enviado a mí y estoy aquí. Con mis manos, mis pies, mis palabras y mis sonrisas le vais a conocer».
Es muy bonito conocer personas que aman mucho a Dios y nos enseñan a ser felices con Él. Chiara, la mamá que está en la imagen, quería mucho a Jesús y confió en Él siempre. Aunque estuvo muy enferma, siguió amando y cuidando a su familia con todo su corazón.
Chiara sabía que la luz de Dios era muy grande y que su amor nos acompaña siempre. Igual que una velita encendida, ella brilló con amor y supo ayudar a otros a conocer más a Jesús.
Jesús, quiero ser como Chiara y amar mucho.
Quiero brillar con tu luz
y compartir tu amor con los demás.
María, mamá de Jesús,
ayúdame a ser bueno
y a llevar alegría a los que me rodean.
¡Gracias, Jesús, por querernos tanto! Amén.
Hoy voy a contar a un amiguito del cole cuánto me quiere Jesús.
