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Adaptación del Evangelio de san Lucas (Lc 1, 26-38)

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad llamada Nazaret, a una mujer desposada con un hombre llamado José; su nombre era María.

El ángel le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se asustó ante aquello. El ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha elegido. Darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Y será el elegido, el hijo de Dios».

María, a pesar de sus temores contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel marchó.

María dijo sí a lo que Dios le pedía. María cambió el mundo y la historia sin darse importancia, con sencillez, como era ella.

Hay muchas personas que, como ella, quieren cambiar el mundo y lo hacen a través de pequeños gestos: colaboran en su parroquia, trabajan en una ONG, colaboran en un comedor social, visitan a los ancianos, ayudan a los demás… ellos también hacen cosas grandes por los demás. 

Seguro que conoces a alguien que hace cosas importantes por los demás y no es famoso, no importa eso, lo importante es que los demás estén bien y sean felices. 

Señor, quiero ser como María. Señor, quiero cambiar el mundo desde lo que yo pueda hacer. Sé que Tú estás conmigo, y eso me basta. Dame valentía para cambiar

lo que no está bien a mi alrededor. 

Amén.

Hoy tendré un gesto bonito con alguien de la clase.