ORDEN

Puro Evangelio

Santo Domingo y San Francisco | Radio María

El 2021 está siendo un año especial para los dominicos, Orden mendicante que siempre se ha considerado hermana de la franciscana. Especial porque están celebrando el octavo centenario de la muerte de su fundador, santo Domingo de Guzmán. El 8 de agosto celebramos su fiesta. Nacido en Caleruega (Burgos) en el seno de una noble familia castellana, desde su juventud sobresalió por sus virtudes poco comunes. Fue canónigo regular en Osma, donde se ejercitó en el estudio y la predicación.

Su encuentro con los predicadores de la época (encargados de luchar contra la herejía cátara) durante un viaje por el sur de Francia, cambió el rumbo de su vida, al intuir que la pobreza y la sencillez de vida debían ser el signo elocuente del anuncio de la fe católica, y que no había otro camino de renovación en la Iglesia que la vuelta a la frescura genuina del Evangelio, vivido en pobreza, humildad y fraternidad. 

Domingo de Guzmán fue un hombre de intensa oración, asiduo en el estudio, incansable en la predicación, paciente en las contrariedades, valiente en la búsqueda de la verdad y en la defensa de la fe. Caminaba descalzo, dormía en tierra, ayunaba y se mortificaba, convencido de que sus sacrificios contribuían al bien de las almas y a la renovación de la Iglesia. 

Llevaba continuamente consigo el evangelio de san Mateo y las cartas de san Pablo, y meditaba tan largamente estas últimas que llegó a conocerlas casi de memoria. Varias veces fue elegido obispo, pero siempre rehusó tal ministerio, queriendo vivir con sus hermanos en pobreza y sencillez. Murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221. Como ha recordado el papa Francisco en su carta a los dominicos con motivo del año jubilar, «la gran vocación de santo Domingo fue predicar el Evangelio del amor misericordioso de Dios en toda su verdad salvadora y su poder redentor. Llegó a apreciar la inseparabilidad de la fe y la caridad, la verdad y el amor, la integridad y la compasión.

Conmovido por el gran número de personas que sufrían y morían durante una grave hambruna, vendió sus preciosos libros y, con una bondad ejemplar, estableció un centro de limosnas donde los pobres podían ser alimentados». Damos gracias a Dios por la fecundidad espiritual de este carisma hermano y por su misión, que se manifiestan en la multitud de sus santos y en el rico apostolado de la familia dominicana.

Las crónicas antiguas de ambas Órdenes hablan de un entrañable encuentro entre Domingo y Francisco con estas hermosas palabras: «Santo Domingo encontrándose con san Francisco exclamó: “Tú eres mi compañero, tú caminarás conmigo, estemos juntos y todas nuestras empresas se realizarán por la fuerza del Todopoderoso”». Este episodio está detrás del famoso abrazo entre san Francisco y santo Domingo, representación que suele encontrase tanto en las iglesias dominicas como franciscanas. 

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