29/03/2023
Por un puñado de monedas
29/03/2023
Por un puñado de monedas
Del Evangelio de Mateo 26, 14-16
Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?». Ellos se ajustaron con
él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
A Judas lo había elegido Jesús para ser uno de su grupo más íntimo y llegar a convertirse, con el tiempo, en uno de los pilares de la Iglesia. Jesús quería a Judas. Claro que lo quería. Incluso en el momento crítico en el que sabía que lo iba a traicionar, Jesús es cortés con Judas y le da de comer en un gesto que solo los amigos íntimos saben hacer…
Seguramente Judas es un hombre consumido por la avaricia y la envidia (¡es tan fácil…!).
Seguramente Judas, como la mayoría de los judíos de su tiempo, creía que el Mesías iba a terminar con la ocupación romana.
Seguramente Judas esperaba algo de poder.
Seguramente Judas tuvo alguna decepción que le llevó a tomar medidas exageradas y tremendas; en fin…, una falsa expectativa de quién era realmente Jesús. Y por un puñado de monedas lo vendió.
Señor, que no me crea nunca mejor que los demás. Te lo pido por favor. Que no juzgue y no mire a los otros por encima del hombro. Te lo pido por favor.
Gracias por mi grupo de confirmación. Gracias por mi grupo de maduración en la fe. Gracias por mis compañeros de clase. Por mis hermanos de la parroquia o de otros grupos de fe. Que no me salga nunca de los ambientes que me ayudan a ser mejor persona.
Señor, Judas te pagó con un beso traidor. Que yo sepa pagarte con un beso de cariño y de amor.
Jesús, ¡qué bueno eres!
Trata de mostrar más amor y cariño a las personas que te rodean. Evita juzgar a los demás y trata a todos con respeto.