27/03/2023
Todos para uno
27/03/2023
Todos para uno
Del Evangelio de Juan 12, 1-3
Unos días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera.
Jesús sabía lo que se le venía encima y, por eso, se reservó un tiempo para estar con sus amigos Marta, María y Lázaro, que vivían en Betania, a las afueras de Jerusalén. ¡Qué importante estar con los amigos, vivir con los amigos, descansar con los amigos, gozar con los amigos!
En Betania, Jesús se sentía como en su casa. Y en aquel momento tan importante de la vida del Señor, cuando parecía que la traición y la muerte eran inminentes, sucedieron muchas cosas bonitas: hablaron, se contaron sus penas, compartieron sus temores, comieron, rezaron y Jesús vivió un momento único: se dejó ungir, abrazar, besar y sentirse invadido por el perfume de María.
Señor, que sea siempre consciente del valor de la amistad. Gracias por los amigos que siempre están cerca de mí: por los amigos incondicionales que no me juzgan, que me miran con cariño y que me aceptan tal y como soy.
Señor, enséñame a ser buen amigo de mis amigos, a cuidarlos, a estar atento a ellos para caminar juntos por tus caminos.
Señor, ayúdame a vivir la vida sin centrarme en mí mismo, sin ser egoísta. Ayúdame a mirar con generosidad y optimismo la vida. Ayúdame a ser generoso y a que siempre sea valiente a la hora de decir a mis amigos lo mucho que los amo.
Señor, Jesús, también a ti te amo. De hecho, Tú eres mi mejor amigo.
Amén.
Busca oportunidades para fortalecer y cuidar las relaciones con tus amigos. Mira más allá de ti mismo y sé generoso con los demás.
