20/03/2023
Atrévete a soñar
20/03/2023
Atrévete a soñar
Del Evangelio de Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob tuvo un hijo, José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El modo que nació Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba prometida con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería hablar mal de ella en público, decidió rechazarla en privado. Pero, apenas había tomado esta decisión, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Querido san José,
eres tan humilde que, aunque celebras tu fiesta el día 19, este año no te ha importado retrasarla un día para ceder tu puesto al Domingo, el día del Señor. Y lo haces sin quejarte, con alegría, sabiendo que el Señor es siempre el primero y que nuestra vida tiene sentido cuando gira en torno al Señor. Gracias, san José, porque con tu humildad me haces ver una vez más mi afán de protagonismo que siempre busca ser el primero en todo.
Acabamos de escuchar que Dios te habló en sueños. No me sorprende, sabiendo que, como dice el salmo, Dios ni duerme ni reposa, siempre está activo y aprovecha hasta las grietas del sueño para comunicarse con nosotros. Lo que más me sorprende es que, al despertar, hiciste lo que el Señor te había mandado: acoger a María y al Niño. Y lo hiciste sin rechistar, seguramente sin comprenderlo, pero fiándote de que de Dios sólo pueden venir cosas buenas.
San José, a los niños y jóvenes de hoy nos cuesta soñar. El mundo es tan complejo que la realidad limita nuestra capacidad de soñar. Sin embargo, tu vida nos recuerda que estamos hechos para soñar, y no cosas pequeñas como las vacaciones o el fin de semana, sino cosas grandes. Sí, porque Dios nos ha hecho capaces de soñar para abrazar la belleza de la vida.
San José, dame la valentía de soñar a lo grande. Dame valentía para escuchar el sueño de Dios en mi vida. Dame la gracia de ponerlo en práctica sabiendo que vivir según el sueño de Dios es fuente de alegría.
Amén.
Tómate un tiempo para reflexionar sobre los sueños y metas que Dios puede tener para tu vida. Pide la intercesión de san José para que te ayude a ser más humilde y dispuesto a aceptar la voluntad de Dios.