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Pax et Bonum · 30 noviembre, 2023

07/03/2023

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Del Evangelio de Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:

«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Reza

Señor Jesús, mi oración de esta mañana tiene presente de modo especial a todas aquellas personas que no están dispuestas a mover un dedo para empujar.

Para empujar los proyectos que requieren del trabajo de todos.

Para empujar el buen desarrollo de todo lo que tiene que ver con el bien común.

Para empujar al que se siente derrotado y ninguneado y animarle a seguir adelante.

Para empujar cuando todo parece que es imposible de conseguir.

Para empujar todo aquello que haga bien.

Para empujar todo aquello que construye, que afianza, que genera posibilidades.

Señor Jesús, hay muchas personas desalentadas, rotas, heridas.

Hay demasiada gente preocupada por hacer el mal, por buscar a los demás las vueltas, por intentar que nada de lo común salga adelante. Demasiadas personas que no logran sentirse gozosas ante el éxito del otro, que no logran disfrutar con el saber y el buen hacer ajeno.

Mi oración esta jornada, Señor Jesús, va por todas esas personas.

Dame, Señor, la capacidad de estar cerca de ellos, la fe necesaria para contagiarles la alegría en el darse, la paciencia que haga falta para esperarlos el tiempo que necesiten.

Así te lo pido. Así sea.

Vive

Busca oportunidades para animar, apoyar, escuchar y ofrecer tu ayuda a las personas desalentadas y rotas que puedas encontrar a tu alrededor. Y mira con misericordia a los incoherentes, a los falsos, a los injustos, a los que hacen daño…. para que tu mirada los ayude a cambiar.

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