26/02/2023

Llevados al desierto por el Espíritu

26/02/2023

Llevados al desierto por el Espíritu

Escucha

Del Evangelio de Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».

Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:

«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».

Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».

De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras».

Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».

Reza

Señor Jesús, un año más tu Evangelio me invita a ponerme frente a las tentaciones más cotidianas que se convierten en objeto ilimitado de deseo: el poder saciar mi hambre siempre, sin medida y sin condiciones, el poder sentir que nada puede afectarme ni causarme dolor y el acaparar todo el poder posible sobre todo y sobre todos. Señor Jesús, ¡menos mal que también tú fuiste tentado y nos mostrarte el modo de vivir y proceder frente a la tentación!

Señor Jesús, tú me conoces y conoces bien las tentaciones que tengo y mis intentos, a veces convencidos y a veces indecisos y limitados, de hacer frente a lo que me tienta. Haz que encuentre en la Palabra la fuerza necesaria para vivirlo todo a tu estilo, con sencillez pero con el convencimiento de que tú acompañas mis pasos. Así te lo pido. Así sea.

Vive

Entra en los desiertos de tu vida y allí hazte cargo de todo lo que llevas entre manos y de ti mismo. Entra dentro y descubre tus deseos, tus omisiones, tus indiferencias, tu fe acomodada…, y no te dejes tentar por ello, sino sé capaz de reconocerte necesitado de misericordia y de mucha ternura.

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