17/12/2022
Tan humano como nosotros.
17/12/2022
Tan humano como nosotros.
Del Evangelio de Mateo (1, 1-17):
Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce.
Señor Jesús, la lectura de hoy es un poco “rara”. El evangelista Mateo quiere situar tu nacimiento en el contexto de toda la historia judía, comenzando desde Abraham y recorriendo los grandes personajes de Israel. Al leer detenidamente esta lista de nombres me sorprendo al descubrir que no todos tus antepasados fueron buenos, ni santos ni perfectos… los hay de todo tipo y condición, hasta el punto de que aparecen también pecadores …
Señor Jesús, Dios sigue las reglas humanas y no quiso hacer excepción alguna contigo, su Hijo amado. De esta manera, tan imperfecta, pero tan real, tú, Señor, ingresas en la historia de la humanidad.
Señor, Jesús, enséñame a aceptar los límites de mi humanidad, mi historia y mi cultura, tal como Tú lo hiciste con todos los que encontrabas. Señor, ayúdame a descubrir mi historia como lugar de salvación y encuentro contigo. Amén.
No aspiro a ser “influencer” con miles de seguidores. Hoy solo quiero ser buena influencia para los que tengo a mi lado.