14/12/2022
Ven pronto, Señor.
14/12/2022
Ven pronto, Señor.
Del Evangelio de Lucas (7, 19-23):
En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus discípulos, los envió al Señor diciendo: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».
Los hombres se presentaron ante él y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”».
En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Y respondiendo, les dijo: «Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Señor Jesús, en estos tiempos que corren, aún con los miedos e incertidumbres que nos ha dejado la pandemia, en medio de esta tormenta perfecta fruto de la guerra, de la desigualdad y de mil y un intereses que no atienden a razones, en medio de este momento tan excepcional que no acaba de terminar, también nosotros nos preguntamos si en este Adviento eres tú al que esperamos o si debemos aguardar a otro.
Señor Jesús, en medio de tanta sombra y de tanta poca claridad, en medio de tanto deseo de vida auténtica y de tantos sucedáneos de vidas vacías y superficiales, muchas son las preguntas que nos asaltan y muchas las dudas a las que nos cuesta dar respuesta, al menos una respuesta que nos satisfaga y nos tranquilice un poco. A nuestros deseos y buenas intenciones parece que solo responden los datos de una realidad que habla de violencias e injusticias, de muertes y de sinsentidos…; y necesitamos razones de vida y esperanza; necesitamos que vengas a nuestra vida.
Señor Jesús, ¡pero son tantas las razones por las que dar gracias…! Son tantos los ciegos que ven, los cojos que andan, los enfermos que sanan, los sordos que oyen y los hombres y mujeres que son evangelizados que sería injusto no reconocerlo y agradecerlo. Si uno se esfuerza un poco, es fácil descubrirte ¡en tantos lugares, en tantos acontecimientos y en tantas vidas!
Señor Jesús, eres tú el que has de venir y a ti te esperamos. Déjate ver. Hazte el encontradizo. ¡Ven pronto, Señor! ¡No tardes en llegar! ¡Ven pronto! Así te lo pedimos. Así sea.
No perder la esperanza a pesar de los sufrimientos y las cosas negativas que este día me vaya a traer.
