07/12/2022
¡Ven y descansa!
07/12/2022
¡Ven y descansa!
Del Evangelio de Mateo (11, 28-30):
En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
“¡Ven!”, “¡venid!” son palabras familiares en el Evangelio. Aunque por naturaleza tendemos a alejarnos de ti y a escondernos de tu presencia, sin embargo, tú, Señor, nos invitas continuamente a acercarnos a ti. En nuestro cansancio nos llevas a aguas tranquilas donde reparar nuestras fuerzas y te nos ofreces como descanso, refugio, sombra y puerto franco.
En medio de la vorágine de la vida, en medio de tanto ruido, me pregunto si soy capaz de escuchar tu invitación. Y me pregunto si me atrevo a recurrir a ti para vivir más ligero y con mayor libertad.
Señor Jesús, tu poder sanador está a nuestro alcance. Muchas personas llevan cargas muy pesadas: pérdidas, enfermedades, adicciones, depresiones, tristezas…De una manera u otra, ¿quién no vive la vida, a veces, como una carga, como una cruz? Incluso en estos casos, o quizás mejor, sobre todo en estos casos, nunca faltas a tu palabra y no te cansas de reiterarnos tu invitación amorosa: ¡Ven, amigo!, yo te haré descansar.
¡Qué pasada, Señor! ¡Qué bueno y qué grande eres! Jesús, me encanta que, después de 2000 años, no te canses de nosotros y sigas cuidándonos, curándonos, sanándonos, llevando nuestras cruces y nuestras cargas.
Tú conoces nuestras vidas mejor que nadie. Tú conoces nuestras angustias, nuestros problemas y nuestras heridas. Y lejos de apartarnos de tu mirada, insistes en tendernos de nuevo la mano.
¡Gracias, Señor, por tus bendiciones!
¡Gracias, Señor, por dejarnos un hueco junto a tu corazón!
¡Qué gran descanso, Señor!
¡Gracias, mil veces gracias!
¡Te quiero, Jesús!
También yo puedo ayudar a otros a llevar su cruz. Voy a estar atento para ver quién me necesita.