27/11/2022
Preparados. Listos. Ya.
27/11/2022
Preparados. Listos. Ya.
Del Evangelio de Mateo (24, 37-44)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
¡Qué buena noticia! Los cristianos volvemos a iniciar un nuevo tiempo, el Adviento. Un nuevo año litúrgico en el que iremos leyendo el Evangelio de San Mateo. Y al comienzo del Adviento se nos recuerda el principal propósito de la vida: ESTAR DESPIERTOS, TENER ESPERANZA.
La Palabra de Dios es un “espacio sagrado” que Dios nos regala. Por eso es muy bueno “estar despiertos” y no solo “listos”… Cuanto más despiertos vivamos mejor. Y esto es precioso, porque el Señor nos ofrece su amistad.
Ánimo, amigo, profundiza tu amistad con Jesús como lo estás haciendo ahora, en este rato de oración, porque el Señor, como nos recuerda el evangelio de hoy, se te puede mostrar de manera inesperada: una alegría, un problema, una enfermedad, un enamoramiento, una convivencia, una peregrinación…, quizás allí te espera el Señor.
La vida es un regalo de Dios. Por eso, no la desperdicies y vive atento a lo que sucede dentro de ti, a todo lo que te rodea y a todas las personas que se cruzan en el camino de tu vida. Al comienzo del año litúrgico, y de la mano de Jesús, el futuro debe darte confianza, no miedo.
Señor, haz que esté atento para acogerte cuando te hagas presente en la vida de cada día.
Señor, no me dejes perderte en mi vida ordinaria, ni en los acontecimientos que me regalas a lo largo del camino.
¡Ven, Señor, te abro mi corazón!
¡Ven, Señor, aunque me cueste trabajo verte!
¡Ven, Señor, a mi casa, a mi familia, a mi colegio, a mis amigos!
¡Ven, Señor, te necesito!
¡Ven, Señor Jesús!
Repetir a lo largo del día: ¡Ven, Señor, te abro mi corazón!