Greccio

SAN FRANCISCO / Greccio

Cada Navidad, san Francisco quedaba profundamente conmovido al “ver” al Hijo de Dios hacerse hermano nuestro. Lo que animaba al Poverello de Asís era el deseo de experimentar de forma concreta, viva y actual, la humilde grandeza del acontecimiento del nacimiento del Niño Jesús y comunicar su alegría a todos. Para resaltar este acontecimiento, la noche de Navidad de 1223, en Greccio, quiso representar la humilde gruta de Belén, celebrando la Eucaristía sobre un pequeño altar colocado encima de un pesebre. En Francisco el amor a Cristo se expresaba de modo especial en la adoración del Sacramento humilde y sublime de la Eucaristía, presencia real de Cristo vivo y glorioso, y en la veneración de sus santísimos nombres y palabras.

Cada Navidad, san Francisco quedaba profundamente conmovido al “ver” al Hijo de Dios hacerse hermano nuestro. Lo que animaba al Poverello de Asís era el deseo de experimentar de forma concreta, viva y actual, la humilde grandeza del acontecimiento del nacimiento del Niño Jesús y comunicar su alegría a todos. Para resaltar este acontecimiento, la noche de Navidad de 1223, en Greccio, quiso representar la humilde gruta de Belén, celebrando la Eucaristía sobre un pequeño altar colocado encima de un pesebre. En Francisco el amor a Cristo se expresaba de modo especial en la adoración del Sacramento humilde y sublime de la Eucaristía, presencia real de Cristo vivo y glorioso, y en la veneración de sus santísimos nombres y palabras.