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Del evangelio de san Mateo 21, 23-27. Adaptación. 

Hace mucho tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te has creído que eres?».

¡Oh, oh…! Parece que las personas que hoy se acercan a Jesús no le han escuchado, no saben quién es y cuánto nos quiere. Parece que van con los cascos puestos, como el chico de la imagen. Cuando llevamos cascos, no oímos nada, ¿verdad?

Y yo, Jesús, ¿te escucho siempre? 

¿Sé que estás siempre a mi lado?

Ayúdame a escucharte y a abrir mi corazón.

Quiero que me des la mano cada día, como a san Francisco de Asís. 

Porque sé que cuando estoy contigo, mi corazón se llena de paz.

Cuando estoy contigo, mi corazón se llena de tu luz. Amén.

Hoy cuento a los demás quién eres, Jesús, y cuánto me quieres.