Adaptación del Evangelio de san Mateo (Mt 11, 16-19)
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «Estas personas me recuerdan a niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta y no habéis bailado”. Porque vino Juan, que, aunque ni comía ni bebía, le insultaban por ello, cosa que le pasó también al Hijo del Hombre, que fue criticado igual justo por lo contrario. Pero su sabiduría se demostró por sus actos y no por lo que decían de Él»
Jesús, hoy me doy cuenta de que somos personas que nunca tenemos suficiente. Vivimos en un mundo en el que parece que lo único que es importante es destacar, ser el mejor.
Jesús, quiero reconocerte como importante en mi vida. Pero también ayúdame, Jesús, a darme cuenta de que eso implica una serie de condiciones, como elegir la generosidad y no el egoísmo, la humildad y no la soberbia… Jesús, ayúdame a descubrir el camino de la felicidad. Jesús, ayúdame a no quejarme y a saber adaptarme a mis circunstancias. Jesús, que siempre te dé gracias por lo bueno que eres y por lo mucho que recibo de Ti.
Amén.
Voy a dar algo a alguna persona que lo necesite con humildad y generosidad.