“Buscaban un falso testimonio”. Jesús, no tenían nada de lo que acusarte, pero lo buscaban por todos los medios. Los jefes religiosos de Israel habían decidido acabar contigo y lo intentaban con mentiras y falsos testigos. Y todo porque tenían miedo a un cambio tan grande como el que Tú proponías: ¡Convertirse! ¡Cambiar el corazón! 

¡Cómo nos resistimos al cambio! No nos gusta que nos digan que no estamos haciendo las cosas bien. Y si alguien se atreve a decírnoslo, nos resistimos y buscamos la manera de quitárnoslo de encima.

Señor, no dejes que el miedo a perder nuestras seguridades nos cierre a tu novedad. Que tu Palabra nos cambie el corazón.

Amén.