Querido san José, en el día de tu fiesta, quiero compartir este rato de oración contigo.

Y empiezo pidiéndote perdón porque casi nunca pensamos en ti. Quizá es porque siempre preferiste estar en un segundo plano y actuar sin querer ser el protagonista.

Hoy en día las cosas no son así. Ahora que parece que lo único que importa es ser un influencer, conseguir seguidores, acumular likes… tú nos enseñas que ahí no está lo verdaderamente importante.

Nos puede parecer que no hiciste grandes cosas, ¡pero de eso nada! Fuiste muy valiente al querer ser el padre de Jesús y quererle y cuidarle con todo tu corazón. Le diste un hogar junto a María y le enseñaste la profesión de carpintero.

Esto es lo que podemos leer en la Biblia, pero seguro que fueron muchas más las cosas que hiciste por Jesús, aunque no hayan quedado escritas. ¡Qué buena persona fuiste sin querer ser un protagonista!

Por eso hoy te pido que me ayudes a no tener una vida superficial y llena solo de cosas materiales, sino a vivir siendo una persona buena que se preocupa por sus seres queridos y los demás. También te pido que si algún día, aunque no lo busque, llego a ser famoso o influyente, no presuma de ello, sino que, como tú hiciste, siga siendo humilde y bondadoso.

Amén.