9 marzo, 2022

¡Ellos!

1. Contempla

click en la imagen

2. Escucha

Jonás 3, 1-10

El Señor dijo a Jonás: «Vete a la gran ciudad de Nínive y anúnciales que, dentro de cuarenta días, la ciudad será arrasada». Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más importante al menor. Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la amenaza que había dicho. Así que no la ejecutó.

3. Reza

Hace no muchos días, un famoso instagrammer compartió una historia que decía: “La verdadera libertad consiste en que nadie te aplauda en las grandes decisiones de tu vida”. Es verdad, pero ¿quién no busca apoyo en las decisiones que tomamos? Nos gusta saber que no hemos estado solos y que ha habido alguien que nos ha acompañado. ¿No les pasó algo parecido a los ninivitas? Dios quería cambiar la ciudad y para ello pidió a Jonás que le ayudara en esta misión. 

Si hacemos memoria descubriremos que pocas veces hemos tomado decisiones solos. Mirar nuestro ombligo no solo es el signo de nuestro ego, sino que también nos hace caer en la cuenta de nuestra radical dependencia y vinculación a los otros desde el principio. Por ejemplo, en el bautismo nuestra vida cambió tanto que se nos dio una vida y nombre nuevos: cristiano. Recordemos a tantas personas que han estado ahí, acompañándonos, sosteniéndonos, o ¡tomando la decisión por nosotros! Y, aun así, ¡qué regalo y qué libertad! 

En un momento de silencio, pasa por el corazón el rostro de tantas personas que te aman, que te han ayudado, como Jonás con los ninivitas, a cambiar de vida y da gracias por ellas. 

Gracias, Señor, porque has puesto personas en mi camino y me has llamado a la amistad contigo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dame la gracia de servirte y ayudar a otros a cambiar de vida. Ayúdame a ser agradecido y a verte a ti en las personas que me acompañan.

Amén.

4. Compromiso

Hoy quiero ayudar a alguien a sentirse mejor. Seguro que a lo largo del día tengo muchas oportunidades.