Del evangelio de Mateo 11,16-19. Adaptación.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «¿Con quién os puedo comparar? Os pareceis a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado.»
Juan el Bautista era un hombre muy valiente. Les decía a las personas que debían cambiar su vida y hacer las cosas bien, pero muchos no lo escucharon. Decían que era muy serio y hasta un poco loco. Luego llegó Jesús, que nos hablaba con palabras bonitas sobre el amor de Dios y la misericordia del Padre. Pero, al igual que con Juan, muchas personas tampoco lo escucharon y lo llamaron soñador.
Señor, a veces no entendemos por qué cuesta tanto escuchar lo que tú nos dices. Tú nos enseñaste que, aunque a veces la vida es difícil, después viene la alegría. Mirad los emojis. Lo triste se torna alegre. San Francisco de Asís entendió que dejar algunas cosas, dejar sus comodidades y su riqueza, le ayudaba a sentir tu amor más grande.
Jesús, ayúdanos en este tiempo antes de la Navidad, en Adviento, a esperar con alegría. Enséñanos a no cansarnos ni ser indiferentes, y a vivir cada momento con amor y esperanza. Queremos ser como tú y aprender, de san Francisco, a estar locos de amor. Amén.
Hoy comparto con Jesús en la oración tres cosas que me alegran y tres cosas que me hacen estar triste y le doy gracias.