ofmconv

Señor, hoy tu Palabra nos habla de Balaán. Balaán era un mago contratado por los enemigos del pueblo de Israel para maldecirlo. Y resulta que, cuando iba a empezar a maldecir a Israel, una fuerza extraña le invadió y comenzó a hacer justo lo contrario: bendecir. Aunque sus ojos sólo veían un pueblo pequeño, muy pobre, tu Espíritu le hizo ver que justo de ese pueblo nacería un rey: Tú, Jesús, el Salvador esperado. 

Señor, ¡cómo nos engañan las apariencias! ¡Cómo nos escondemos detrás de ellas para no aceptar las cosas negativas que tenemos! ¡Y sin embargo, tú cuentas con nosotros tal y como somos para hacer grandes cosas! 

Señor, hazme vivir en la verdad. Tú, siendo Dios, quisiste nacer en un pesebre y en un establo, como la gente más humilde. Así quieres nacer también en mi corazón: ¡tal y como es, tal y cómo está! 

Ven, Señor, y ayúdame a no despreciar nada de mí mismo ni de los demás. Amén.