21 diciembre, 2021

¡Levántate!

1. Contempla

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2. Escucha

Cantares (Ct 2,8-14)

¡Oíd, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por las montañas! Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Mira, el invierno ya ha pasado, las lluvias cesaron, se han ido. Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura».

3. Reza

¡Levántate!

¡Cuántos son, Señor, los que necesitan hoy escuchar esta palabra!

Los que lo han perdido todo: su casa y su medio de vida.

Los que no tienen trabajo.

Los que han perdido la salud.

Los que se sienten solos y abandonados.

Los que viven interiormente a oscuras.

Los que han perdido un ser querido.

Los que han fracasado en su proyecto de vida,

ese en el que pusieron alma, vida y corazón.

Los que han perdido aquello que más amaban.

Los que han sufrido una injusticia y callan.

Los que viven tristes.

Los que no tienen voz.

Los que se ven aplastados por las estructuras de poder.

Los que son invisibles.

Los que han perdido su imagen por la maledicencia.

Los que…

¡Cuántos son, Señor, los que viven en un invierno que parece que no acabará nunca!

¡Cuántos piensan que en su vida no habrá primavera! Que no habrá luz, ni color, ni paz, ni todo lo que suena a alegría y esperanza.

¡Cuántos necesitan sentir que el invierno de sus vidas ha cesado y comienzan a aparecer las flores!

Y a eso vienes, Señor. A decirles, a decirnos: “¡Levántate! Porque me importas, porque te amo. Porque nada de lo que te ocurre me resulta indiferente, vengo a estar contigo, a vivir a tu lado siempre que tú me dejes”.

Y les dices, y nos dices: “Déjame verte, no te escondas en tu sufrimiento, no tienes que ser perfecto ni estar impecable para estar conmigo. Háblame, cuéntame todo aquello que te sucede, que estoy deseando escucharte y acogerte”.

Y yo te pido, Señor, por ellos, por mí, por todos: ¡Ven!

Ven a nuestras vidas y cambia nuestra oscuridad en luz.

Ven a nuestras vidas y transforma nuestra tristeza en alegría.

Ven a nuestras vidas y llena nuestra soledad con tu compañía.

Ven a nuestras vidas y ayúdanos a luchar contra la injusticia sin violencia.

Ven a nuestras vidas y acompaña el dolor de nuestras pérdidas.

Ven a nuestras vidas y danos mirar como Tú para cruzar nuestra mirada con los invisibles de nuestra sociedad.

4. Vive

Voy a pensar en alguien que lo está pasando mal, alguien que yo conozco, a quien le pongo cara, y voy a rezar por él.