Señor, te encanta mandarnos mensajeros: ángeles y personas, para hablar a nuestro corazón. 

Los mensajeros que me envías pueden ser gente de mi familia, algún amigo, algún sacerdote o fraile, mis profesores, mis catequistas. Personas que son tus mensajeros porque me hablan de tu bondad, de tu perdón, de tu paciencia, de tu amor. Todos ellos me ayudan a preparar un camino para Ti en mi corazón. 

Ábreme los ojos y los oídos para que descubra en tantas personas que me rodean a tus mensajeros. Que sea sensible y acoja siempre a esas personas que me hablan y me acercan a Ti. Amén.