Señor, hoy, como entonces, necesitamos que nos digas, un día más, que eres “Dios-con-nosotros”. 

Aunque a veces puede parecer que te callas y ya no quieres hablarnos, cuando leo la Biblia me doy cuenta de que siempre piensas en nosotros y que tienes una palabra para cada situación. ¿No será más bien que estoy un poco sordo o, mejor aún, que estoy un poco distraído y por eso me cuesta reconocer tus señales?

Señor Jesús, que sepamos llevar tu luz a todos los que nos rodean. Que, como María, seamos capaces de escuchar tu voz y aprendamos a seguirte como lo hizo ella. Amén.