Señor, a veces tengo momentos en que me siento solo y triste. He visto cómo la enfermedad se convertía en sufrimiento en personas cercanas a mí. En la televisión y en los periódicos se pueden ver noticias de lo mal que lo está pasando mucha gente. 

Entonces, en esos momentos, a veces pienso que nos has dejado solos. Pero no es así. Tú me quieres mucho y me cuidas, aunque también necesitas de mí para que tu amor llegue a más personas por medio de mi vida y mis gestos. Pero claro: es más fácil dejártelo todo a Ti y echarte la culpa de los males de este mundo. Eso sí, desde nuestro sofá o desde la silla de nuestro cuarto mientras jugamos tranquilamente una partida al último videojuego de moda. 

Señor, Tú me tienes un gran cariño: ayúdame a encontrarte en los momentos de tristeza, a entender que, aunque puedo pasar por situaciones difíciles, Tú siempre me apoyas, y me amas. Te pido también por todos los que viven en soledad o se sienten muy tristes. Que puedan experimentar que Tú siempre les quieres y no te olvidas de ellos. Amén.