Del evangelio de Mateo (1,18-24). Adaptación.
María, la mamá de Jesús, tenía un novio que se llamaba José. Un día, llegó un ángel a casa de María y le dijo que iba a ser la mamá de Jesús.
A José, mientras dormía, se le apareció en sueños un ángel que le dijo: «José, no tengas miedo. María va a tener un bebé y tú le llamarás Jesús. Él nos querrá tanto a todos que estaremos siempre felices».
Todo esto sucedió. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
¡Uy! ¿Qué son esas figuritas? Un Belén visto desde arriba. Y ahí están José y María, esperando, como nosotros. José, ¡qué hombre más bueno! Tuvo un sueño y abrió su corazón a tus palabras y acogió a María.
Jesús, quiero ser como tu papá, como san José.
Ayúdame a querer cada día más a tu mamá, a María,
porque con ella,
cada día estoy más cerca de ti.
San José, ayúdame a abrir mi corazón.
Quiero ser cuna para Jesús.
Quiero acoger a quien me necesita y darle mis caricias. Amén.
Hoy ayudaré en casa a papá y a mamá.